Y… vendrán nuestros muertos,
con los vientos de octubre soplarán con fuerza;
todos sus nombres
archivados, casi borrados; pero nunca olvidados.
Llegarán esos muertos burlados y mancillados
con la ingrávida justicia de palabras huecas.
Vendrán todos los muertos, antiguos y nuevos,
desvelando verdades y alzando la voz
con un interminable eco.
Serán los muertos entonces, quienes vendrán
a salvarnos a los vivos.
Ellos vendrán, a vivir la vida
que los vivos no sabemos vivir.
Vendrán a pintar las paredes
con alegorías abstractas de un mundo
invisible, utópico.
de un mundo que nuestros ojos no saben mirar
y la conciencia no sabe descifrar.
Vendrán nuestros muertos,
a teñir de colores el luto que en vida
se vive.
Traerán tatuado su nombre en la frente
y en el puño tatuado el nombre de su verdugo;
volverán uno de estos días, cuando vuele el olvido
que en el polvo con tanques se compacto.
Ena.